CÉLIAvalverde

Sube el volumen de la moda

04/11/2019 · Por Rocío Navarro
celiavalverde apertura
Los volúmenes y los tules son dos omnipresentes en el trabajo de la diseñadora. © Cortesía de CÉLIAvalverde

Testados a prueba de ‘likes’, los tules de grandes volúmenes y sus volantes maximalistas son sinónimo de vanguardia. La diseñadora madrileña CÉLIAvalverde ha hecho de ellos su seña de identidad, pero su universo no termina aquí. Si no, que le pregunten a Kendall Jenner.

Cuarenta metros de volantes y volumen en tul, así es Tweety Dress, el best seller de CÉLIAvalverde —grafía con la que escribe su nombre esta madrileña del 91 cuando se refiere a la firma que regenta—. Un vestido que apareció en la colección con la que se llevó el premio Mercedes-Benz Fashion Talent en la plataforma para jóvenes talentos de la pasarela madrileña. Pese a su apariencia de cuento de hadas, tanto esta como otras de sus piezas no entienden de género. Su moda es inclusiva, lo confirman el artista Ernesto Artillo, que viste sus prendas en uno de sus autorretratos. La puesta en escena de esta madrileña es grandilocuente. Su universo se estructura entre fruncidos de grandes dimensiones, mangas abullonadas y un impacto gráfico basado en estampados animales y lentejuelas. Todos estos elementos los trabaja de forma escultórica, sirviéndose en parte de la técnica del moulage (modelado a ojo sobre un maniquí o una persona). También los aplica de forma estratégica con un objetivo: crear un nuevo lenguaje de elegancia contemporánea.

Son muchos los diseñadores que luchan y se empeñan en mostrar sus creaciones sobre la pasarela; sin embargo, tú has ido a contracorriente. ¿A qué se debe?

Nos presentamos para desfilar en la plataforma EGO y participamos en dos ocasiones [en la edición de 2018 la marca CÉLIAvalverde consiguió alzarse con el reconocimiento a la mejor colección]. Más tarde, decidimos cambiar la pasarela por una presentación en la terraza de un hotel y ahora estamos centrados en las fotos de lookbook. Hacer desfile genera estrés y mucho trabajo, y el resultado no siempre era rentable porque vendemos sobre todo en el extranjero.

Como dicen, la experiencia es un grado. ¿Permitirse equivocarse, también?

Los pasos que das te ayudan a saber hacia dónde tienes que dirigirte. Como te comentaba, hemos hecho desfiles, presentación con chicas quietas, fotos… Después de tantas cosas sabes qué funciona y lo que es mejor para tu marca. Cuando fallas, aprendes cosas. A nosotras lo que mejor nos funciona son las redes sociales, es donde tenemos una mayor repercusión.

Precisamente, es gracias a ellas que tu marca es hoy conocida en todo el mundo.

Sin duda. Mucha gente llega hasta mí mediante estos canales. Supongo que tendrán un equipo de gente joven ojeando Instagram constantemente. Por ejemplo, Kendall Jenner se compró mis gafas Thiara Havana. Recuerdo que yo estaba de vacaciones de Semana Santa con mis amigas y vi un pedido suyo. ¡Me compró tres pares! Pensé que no las utilizaría porque tendría muchísimas, pero luego las subió varias veces a su cuenta de Instagram.

¿Qué supuso que la modelo mostrase tus gafas a sus más de 117 miles de millones de seguidores?

Flipé. Mucha gente me pregunta si fue un trabajo duro de relaciones públicas, pero lo mejor de todo es que fue la propia celebrity quien se las compró y las compartió. No me etiquetó porque las marcas pagan muchísimo por eso. Pero lo importante es que publicó una foto con ellas en su muro.

No es la única. Katy Perry utilizó tu Garden Dress en el vídeo de ‘Never Really Over’. ¿Cómo surgió?

Katy Perry nos pidió un montón de looks para su vídeo de un día para otro. Creo que una de sus estilistas había descubierto mi cuenta de Instagram y quería algunas prendas. Cuando acabó el rodaje nos escribió uno de sus asistentes, porque Katy se quería quedar con los vestidos del rodaje. Nos compró los vestidos y las gafas.

Tengo entendido que haces tándem creativo con tu madre, ¿cómo es trabajar con ella a diario?

Ella me conoce mejor que nadie y con solo enviarle un dibujo o un audio de WhatsApp sabe lo que quiero. O ve algún tejido y sabe que me va a gustar. La parte menos buena es que cuando hay mucha confianza, como en nuestro caso, también chocamos.

¿Qué papel tenéis cada una en la marca?

Cuando empecé en 2014 no teníamos recursos y mi madre hacía toda la colección entera, tanto el patronaje como la costura. A mí no me gusta coser, sin embargo, me encanta ir a por tejidos, botones y hacer toda la investigación previa. Revisamos los patrones juntas, pero yo no me encargo de esa parte. A medida que los pedidos han ido creciendo, mi madre gestiona el trabajo de costura más sofisticado, como los volúmenes. Del resto se encargan modistas externas, que son las que cosen todo lo demás.

¿Fue ella quien te inculcó el gusto por la moda?

Mi madre siempre ha sido modista. Cuando yo era pequeña, utilizaba los trocitos de tela de los arreglos que hacía para vestir a mis muñecas o la ayudaba a cortar patrones. En mi casa siempre ha existido ese clima de costura y patronaje… Cuando era adolescente me empezó a interesar más la moda, compraba revistas y hacía un repaso de todas las tendencias, pero no me lo tomaba demasiado en serio porque supuestamente iba a ser arquitecta. Pero mientras cursaba bachillerato me di cuenta de que lo que realmente me gustaba era la moda, así que me cambié de ciencias a arte y, al terminar, estudié diseño de moda en la Universidad Politécnica de Madrid.

A la hora de diseñar, ¿qué te inspira?

Cuando creo una colección nunca hago un moodboard o trazo una historia. Lo que me gusta es que sea la evolución de la anterior, que haya continuidad. Pero tengo algunas referencias que siempre incluyo, como los grupos de la Motown, con Diana Ross y esos trajes de los ochenta, o el estilo de las familias afroamericanas. Además, mi madre es de Guinea Ecuatorial y me inspira en la paleta cromática y el volumen. Tanto ella como mi abuela tienen muchas fotos con estilismos muy coloridos y con tejidos africanos estampados. A todo esto, hay que añadirle el tema de los noventa.

“Mis referencias van desde los grupos de la Motown, con Diana Ross y esos trajes de los ochenta, al estilo de las familias afroamericanas”

Tules, organzas, ‘pailletes’ son algunos de tus tejidos más reconocidos, ¿dónde los consigues?

Hay un poco de todo. Los consigo en las tiendas especializadas de la calle Atocha, y mediante proveedores turcos o italianos. ¡Algunos son de cortinas! He hecho algún vestido con estos últimos porque algunos tejidos transparentes son muy delicados y se deterioran rápidamente. Sin embargo, los de cortinas son mucho más resistentes y visualmente funcionan igual de bien.

Nos comentabas que casi todos tus pedidos son del extranjero. ¿Dónde visten más de CÉLIAvalverde?

Desde que Kendall Jenner y Katy Perry llevaron mis diseños, tenemos muchos pedidos de Los Ángeles, pero sobre todo son de París. También ha surgido una pequeña ola asiática, creo que se debe a que estamos vendiendo en una multimarca llamada Joyce, algo similar a Harrods en Asia. Nos compraron la colección entera y hemos hecho algunas clientas. En España, después de que Amaya llevase el vestido Magpie en los Goya hubo una ola de pedidos, sobre todo de Andalucía. Lo mejor es que nunca sabemos exactamente de dónde van a venir.