Balenciaga

El modisto aspiracional

09/07/2019 · Por Abraham Rivera
sala el greco
Sala dedicada a El Greco, uno de los principales inspiradores del modisto de Guetaria, y que podrá disfrutarse, hasta el 22 de septiembre, en la muestra Balenciaga y la pintura española del Thyssen-Bornemisza. © 2019 Museo Nacional Thyssen-Bornemisza

Para poder entender el presente de Balenciaga, el modisto español más importante de todos los tiempos, debemos primero mirar al pasado. Un pasado que, curiosamente, funciona como espejo de nuestra época. “Balenciaga continúa siendo aspiracional. El que fuera el diseñador más caro de su época es hoy una de las firmas más demandadas por millennials y trendsetters”, señala Eloy Martínez de la Pera, comisario de la muestra 'Balenciaga y la pintura española', que puede disfrutarse, con mayúsculas, en el Museo Thyssen-Bornemisza hasta el 22 de septiembre.

“Mi padre era pescador, mi madre una costurera del pueblo. Mi suerte fue que en este pequeño pueblo, Guetaria, cercano a San Sebastián, se encontraba la residencia de verano de una gran dama, la marquesa de Casa Torres, la que sería bisabuela de la futura reina Fabiola. Yo no tenía más que ojos para ella cuando llegaba a misa el domingo, bajándose de su tílburi, con sus largos vestidos y sus sombrillas de encaje. Un día, reuniendo todo mi coraje, le pedí visitar sus armarios. Divertida, aceptó. Y así viví meses maravillosos: cada día después del colegio, trabajaba con las planchadoras de la marquesa en el último piso del palacio, acariciaba los encajes, examinaba cada pliegue, cada punto de todas estas obras maestras. Tenía 12 años cuando la marquesa me autorizó a hacerle un primer modelo. De esta forma entré en la alta costura y en la alta sociedad”. Así lo recordaba, en una entrevista concedida a Paris-Match en 1968, el propio Cristóbal Balenciaga.

Balenciaga, el diseñador de moda español más admirado e influyente de todos los tiempos, queda ahora vinculado a la tradición de la pintura española de los siglos XVI al XX por obra y gracia del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. Se trata de la primera gran exposición dedicada al modisto vasco que se presenta en Madrid en casi 50 años y la primera que reúne, junto a sus diseños, una selección de cuadros de grandes nombres de la historia del arte español, una de sus principales fuentes de inspiración. Compuesta por 55 pinturas y 90 trajes, esta exposición supone un repaso intensivo por los momentos clave en la evolución del modisto, un recorrido determinante para traducir la importancia y la vigencia de Cristóbal Balenciaga (Guetaria, 1895-Jávea, 1972) en nuestros días. El Greco, Velázquez, Pantoja de la Cruz, Zurbarán, Murillo, Sánchez Coello, Arellano, Goya, Madrazo o Zuloaga ejercen de cómplices de excepción gracias a la fantástica labor del comisario Eloy Martínez de la Pera.

“Los hitos de Balenciaga, como la línea barril, el vestido chemise, los abullonados, la túnica o el vestido saco, así como las formas puras que le valieron el apodo de arquitecto de la moda, se han perpetuado hasta nuestros días”, apunta Martínez de la Pera, que explica también los más de seis años que le ha costado reunir todas las piezas que componen esta aproximación única al genial couturier. “Mi objetivo era buscar los primeros diálogos entre arte y moda. Ha sido largo y laborioso, pero tremendamente satisfactorio”.

Estos encuentros nos permiten disfrutar de un montaje expositivo que pone en valor, por ejemplo, el retrato de Goya de María Luisa de Parma junto al vestido de encaje de seda y tul de viscosa que Balenciaga realizó en 1948; o del famoso Retrato de un caballero, pintado por El Greco hacia 1586, y de la emblemática capa de terciopelo negro con gordera del modisto. Relaciones de afinidad que continúan con Santa Casilda y Santa Isabel de Zurbarán, realizadas en torno a 1635, y las piezas con raso abullonado que los museos del Traje y Balenciaga han cedido. “Mi lucha en todo este tiempo ha sido la de encontrar cuadros que estuvieran al mismo nivel que tienen las obras de Balenciaga”, resume el comisario.

Compuesta por 55 pinturas y 90 trajes, esta exposición supone un repaso intensivo por los momentos clave en la evolución del modisto

El encargo de la marquesa de Casa Torres fue el primero de una lista interminable. Una carrera intensa y fructífera con momentos clave, como la primera tienda de Balenciaga en San Sebastián, su llegada a París, su estrecha relación con Wladzio d´Attainville (aristócrata polaco-francés que será su compañero sentimental), su rivalidad con Christian Dior o el reconocimiento de personajes tan importantes como Greta Garbo, Grace Kelly, Mona Bismarck o Marlene Dietrich, a las que vistió de forma exhaustiva.

Hoy, la firma Balenciaga goza de excelente salud y reconocimiento entre las nuevas generaciones gracias a Demna Gvasalia, director creativo, de origen georgiano, encargado de traducir la esencia de don Cristóbal al lenguaje contemporáneo desde 2015. De corte minimalista, en línea con la tradición centenaria de la casa, Gvasalia (curtido entre la firma de su creación Vetements o grandes casas como Maison Martin Margiela y Louis Vuitton) es el responsable del actual crecimiento en las ventas de Balenciaga y de que el nombre del modisto español más importante de todos los tiempos siga vivo y cargado de energía.