Durante demasiados años, el arte ha sido un coto reservado casi exclusivamente al hombre. Pero a pesar de ello, siempre ha habido heroínas que no se han conformado y que han servido de ejemplo a las generaciones venideras. Gracias a ellas, hoy en día, la mujer sigue ganando presencia en el mundo del arte en los cinco continentes y en sus múltiples formas de expresión. Un fenómeno imparable y que se refleja en estas cinco exposiciones en las que las protagonistas son ellas.
Simone de Beauvoir, Colette, Frida Kahlo, Lee Miller o Niki de Saint Phalle tienen algo en común. Todas estas mujeres intelectuales, escritoras, pintoras o fotógrafas rompieron con los techos de cristal de la dura época que les tocó vivir, reivindicaron los derechos de la mujer y son, a día de hoy, todo un símbolo de modernidad. Ellas son algunas de las dieciséis protagonistas de Rebeldes, la galería de retratos que Chechu Álava lleva pintando desde hace una década y que incluye también las primeras figuras de mitos que desafiaron las normas, como Eva y Venus.
El título de la muestra que hasta el próximo 29 de marzo exhibe el Museo Thyssen-Bornemisza (Madrid) lo dice todo. Y es que, excepto en muy contadas ocasiones, en la historia del arte las mujeres han sido elementos pasivos, con la única función de ser retratadas como esposas o musas, creadas a la medida del hombre. La exposición invita a una reflexión sobre el retrato a través de una selección de personalidades que no se conformaron con esa realidad, que rompieron las normas y vivieron a contracorriente en un mundo pensado por y para hombres, y en el que intentaron ser tratadas por igual en la disciplina que cada una de ellas desempeñó.
La fórmula con la que Chechu Álava retrata esa ejemplaridad es con la iluminación de sus pinturas, una luminosidad que consigue gracias a la técnica de la veladura. Pero además de esa luminosidad, en las obras de esta pintora asturiana radicada en París destacan los detalles desenfocados en escenas solitarias e intimistas, invitando al espectador a dialogar con sus protagonistas en plena revelación. Estas Rebeldes componen la tercera entrega del programa Kora con el que Museo Thyssen-Bornemisza presenta una exposición al año desde la perspectiva de género.
‘Lee Miller con dolor de cabeza’, de Chechu Álava. © Cortesía de Museo Nacional Thyssen-Bornemisza
Alejandrina Gessler, más conocida como Madame Anselma, vivió por y para el arte. Estudió dibujo y pintura, visitó los museos más importantes de Europa; vivió en París, donde asistió a las clases que Chaplin, Gérome, Baunat y Lefevre daban en la Academia Libre, y tuvo la oportunidad de exponer su obra. Pero no solo eso. Además, realizó dos excelentes copias de los cuadros de Velázquez Las Hilanderas y Las Lanzas, y fue nombrada académica supernumeraria en la Academia de Bellas Artes de Cádiz.
La carrera de Madame Anselma es toda una excepción en la historia del arte, y más en el siglo XIX, razón por la cual su versión de La Hilanderas es una de las más de cien obras escogidas que integran la exposición Invitadas. Fragmentos sobre mujeres, ideología y artes plásticas en España (1833-1931), que desde el 31 de marzo y hasta el 6 de septiembre podrá disfrutarse en el Museo del Prado. La muestra trata de dar a conocer el papel de la mujer en el arte español en esos años a pesar de la consideración negativa que tenía la sociedad del sexo femenino, y muy especialmente el mundo del arte.
La exposición, realizada con fondos de la pinacoteca madrileña, cuenta a través de obras pictóricas, escultura, fotografía —e incluso una cinta de 1909— cómo estas disciplinas, e incluso las copias de obras conocidas, dieron la oportunidad a muchas mujeres de ganarse la vida, además de hacer posible que algunas de ellas rompieran con los clichés de la sociedad que les tocó vivir. Invitadas también trata de poner en valor la imagen de la mujer que el Estado reconoció gracias a premios, exposiciones y museos, así como el lugar que ocupaba en la sociedad. Este fue el caso de Marisa Roësset (Marisa Luisa Roësset y Velasco), autora de Autorretrato de cuerpo entero, otras de las estupendas obras que pueden verse en la muestra, y que le mereció una tercera medalla en las Exposición Nacional de 1924. Invitadas, todas ellas, con una fascinante historia que El Prado invita estos días a descubrir.
‘Las hilanderas’, de Alejandrina Gessler de la Cruz, Madame Anselma. © Cortesía de Museo del Prado
Nueve fotógrafas de generaciones distintas: Eva Lootz, Esther Ferrer, Isabel Muñoz, Ouka Lele, Carmen Calvo, Bego Antón, Vicky Méndiz, Carla Andrade y Lua Ribeira. Tres premisas: que entre todas ellas constituyan un recorrido histórico a través de distintas generaciones; que cada una incorpore un enfoque distinto en su forma de entender la fotografía; y, por último, que todas representen el cuerpo de la mujer. Y un resultado: la exposición Mujeres fotógrafas. Una historia contada a medias, que hace un análisis sobre la situación de las artistas españolas, los procesos fotográficos, las formas de contar en un museo y cómo evoluciona la representación de lo femenino en una sociedad como la española en plena época de movilización feminista. Distintas formas de feminidad detrás de cada objetivo que pueden descubrirse hasta el 12 de abril en Estudios de Tabacalera Promoción del Arte.
‘Autorretrato dorado’ (1984). © Esther Ferrer / Cortesía de Tabacalera Promoción del Arte
La fotoperiodista Marisa Flórez ha captado a través de su objetivo la vida y las historias de mujeres de todo el mundo en sus múltiples trabajos para la publicación National Geographic. Pero en esta ocasión, su trabajo no solo ha sido fotografiar, sino escoger minuciosamente cincuenta imágenes del archivo de la publicación que resumieran el pasado, el presente y el futuro de las mujeres; imágenes captadas a lo largo de todo el mundo, desde España hasta la India o Kenia, pasando por Estados Unidos o Japón.
La elección que la comisaria ha hecho y cuyo resultado es la muestra WOMEN, un siglo de cambio, que puede verse hasta el 31 de mayo en el madrileño Palacio de Gaviria, ofrece una crónica global de la vida de las mujeres, con grandes historias que inspiran y conmueven de aquellas que se superaron, que desafiaron los límites y abrieron nuevos caminos para sí mismas y para otras. La exposición es un homenaje a las pioneras que hicieron posible que pueda decirse que el futuro se pueda entender en femenino.
Fotografía de Mujeres participando en la ceremonia de Holi (2016). © Esther Ferrer / National Geographic / Cortesía de Tabacalera Promoción del Arte
Animales, vegetales, agua y su propio cuerpo son los elementos que emplea Eulalia Valldosera para la creación de sus obras. Con ellas, la Premio Nacional de Artes Plásticas en 2002 trata de concienciar al ser humano sobre su identidad y el más allá. Y lo hace empleando la luz natural, estudiando los seres, el medio y los lugares con memoria viva, así como poniendo su cuerpo y también su voz a disposición de sus obras.
Así, algunos de sus temas más recurrentes de esta artista polifacética que trabaja en campos como la fotografía, la performance, la instalación y el vídeo tienen que ver con la contaminación del medio ambiente, los residuos o la limpieza, la enfermedad, la herencia materna o las relaciones de poder. Su personal universo de denuncia y conciencia se puede descubrir en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (CAC) hasta el próximo 12 de abril.
Fotograma de una obra de Eulalia Valldosera. © Cortesía de CAC Málaga
