Oteyza

Los guardianes de la sastrería española

19/09/2019 · Por Agustín Velasco
oteyza sastres
Sastrería artesanal, sastrería industrial y la creación de colecciones de ‘prét-a-porter’ son las principales líneas de acción de la firma. ©Ana Suárez Anta

Oteyza reinventa la moda masculina con marcado sabor español. La capa y el sombrero cordobés cobran nueva vida desde la vanguardia de una sastrería consciente y provocadora que juega a trasgredir los códigos del ‘menswear’ internacional.

En la edición del pasado enero de la MBFWM un nombre corría de boca en boca: Oteyza. Su presentación en el Teatro Español congregó a una multitud expectante hambrienta de emociones. Capas y sombreros cordobeses salieron a escena como parte de la propuesta que Paul García de Oteyza y Caterina Pañeda tenía preparada para este otoño que arriba, con un sabor tradicional español a la vez que una actitud de lo más vanguardista.

Oteyza es una firma que más que de moda trata de identidad, en la que los códigos establecidos para la sastrería masculina solo se respetan para ser retorcidos hasta ese punto en que, sin quebrarse, permiten reinventar lo clásico. “Empezamos como sastrería hace ocho años. Nuestro objetivo era refundar los patrones clásicos”, explica Paul. “Una vez tuvimos asentado ese trabajo, empezamos la trasgresión y a propiciar una progresión que nos llevó a lo que ahora llamamos ‘el nuevo paradigma de la moda masculina’”.

La pareja fundadora de Oteyza venía del mundo de la traducción y la interpretación (ella) y de la economía (él), pero algo más fuerte corría por sus venas que necesitaba aflorar: la sastrería. “El abuelo y el bisabuelo de Caterina eran sastres, y su abuela era oficiala de sastrería. Yo era economista, pero mi padre siempre ha estado relacionado con los paños de lana merina. Siempre hemos tenido, por un lado y por otro, un vínculo con este mundo, no desde un punto de vista fashion, pero sí desde un enfoque más conceptual, desde la artesanía, de una labor más enfocada al lujo”, explica.

Como en todo proyecto de moda y empresarial, siempre hay momentos más complicados y otros en que se recogen los frutos del trabajo bien hecho. “Si echamos la mirada atrás ha habido muchas etapas y todas han sido importantes. En este país, para consolidarse, hay que pasar por todas las etapas, y eso es bueno. Nosotros hemos valorado cada una, desde que nacimos en una sastrería pequeñita de apenas 40 metros cuadrados en el barrio de Chamberí, hasta el Premio Nacional de Moda o haber abierto dos veces la feria internacional de Pitti Immagine Uomo [la feria de moda masculina más importante del globo], cuenta antes de desvelar el verdadero intríngulis del éxito de su propuesta. “Todos esos logros finales de los últimos años no se pueden alcanzar si no has hecho un trabajo previo de fondo y calado, no solo desde el punto de vista técnico y de proceso, sino de crear una estructura empresarial”.

Referente mundial en tradición e innovación

A pesar del momento dulce que viven, Paul se muestra modesto y consciente de que esta, la de la moda, es una maratón sin meta. “Nunca llegas del todo, y menos mal. Que nos concedieran el Premio Nacional de la Moda al Emprendimiento Innovador en 2018 es un paso más, pero muy importante, ya que se trata de un reconocimiento institucional y del sector que va más allá, y significa que tu propio país está entendiendo tu modo de ver la moda, de entender la elegancia masculina y el riesgo que estás corriendo”.

A nivel comercial y de promoción, pasar por la feria de Florencia de la moda masculina Pitti Uomo fue uno de los grandes aciertos de la firma. “Fue para nosotros un importante escaparate mundial y tuvimos la suerte de que confiaron en nosotros poniéndonos en primera línea. La feria nos acogió en el pabellón central como parte de la nueva vanguardia de artesanos, permitiéndonos abrir dos veces el calendario oficial con nuestras colecciones con sendas presentaciones en el exterior del pabellón, con esa aura que nos gusta, relacionándolos con el arte, la tradición y la vanguardia”, recuerda.

Y enloquecieron al público internacional con su apuesta por exhibir y reinterpretar las raíces españolas, algo que hace de su sastrería algo totalmente diferente y fresco. “Nos inspiramos en lo español porque uno hace lo que siente, y por nuestras venas pasan nuestra tierra, nuestros orígenes, nuestra memoria. Tenemos la suerte de que España ha sido influida por muchísimas civilizaciones que nos han dejado ejemplos artísticos y culturales maravillosos en los que inspirarse y de los que te puedes retroalimentar”.

En un momento en que la moda masculina mira a la cultura occidental global, reivindicar nuestra historia, sus códigos y su folclore era una propuesta arriesgada, pero final e indiscutiblemente acertada. “Siempre hemos entendido la moda como cultura, como arte, con un trasfondo profundo, sin el que no hubiéramos podido tener este reconocimiento y nos hubiéramos quedado en algo más superfluo. Somos profesores de Historia de la moda masculina, hacemos siempre un ejercicio de investigación sobre las prendas, y con eso creamos colecciones con coherencia y trasfondo que el cliente entiende”, dice para recalar después en la primera vez que vieron luz sus piezas más icónicas. “Cuando propusimos los sombreros cordobeses y las capas, hace ya cuatro años, cuando nadie las llevaba y eran prendas más asociadas a la vestimenta regional o folclórica, era importante darle un contexto. Si no le das ese aire nuevo y lo explicas puede quedar como un gesto meramente exhibicionista”.

Para él… y para ella

Se enorgullecen de contar con una amplia una cantera de seguidores entre el sector masculino. Pero también un gran numero de mujeres ha encontrado en las piezas de la firma un nuevo aliado a la sofisticación en pleno apogeo de la etiqueta unisex. Son ellos, quienes más que nadie, han sabido comprender el discurso de Oteyza. “No puedes construir una firma sin cliente, únicamente con desfiles. Nosotros antes de desfilar queríamos ‘conocerlos’ y, por tanto, conocer mejor nuestro producto. Sin tener esa relación estrecha y directa con nuestra clientela no nos sentíamos capaces de avanzar. El abanico es muy variado, pero a todos ellos les une la inquietud de buscar elementos nuevos, aunque respetando lo tradicional, obviamente. Seguimos haciendo trajes más clásicos, pero pensamos que se puede dar un paso más y guiamos al cliente en ese sentido”, recalca.

Entre los proyectos que Paul y Caterina barajan actualmente está la posibilidad de desfilar en París, pero su prioridad se centra en el terreno comercial, abriendo su prêt-à-porter a nuevos países de Europa y fuera de ella, además de llevar a cabo un profundo proceso de organización de todo lo que es la producción y la venta online: “Siempre poco a poco, asentando cada paso, pero con mucha ilusión”.