Alexandrina “Shandy” Barbosa

El retorno del gol de la selección

05/12/2019 · Por Iñigo Esteban
alexandrina barbosa apertura
La selección femenina de balonmano recupera a Shandy Barbosa para el Mundial de Japón tras su reciente maternidad. © RFEB

Las ‘Guerreras’, inmersas de pleno estos días en el Mundial, buscan seguir haciendo historia tras unos años en los que han conseguido hacerse un hueco entre las selecciones más potentes del balonmano. Para lograr el billete a los Juegos de Tokio, cuentan de nuevo para este campeonato con su lateral Alexandrina “Shandy” Barbosa, que vuelve a la pista tras su reciente maternidad.

Portugal la vio nacer y debutar, pero fue España el país en el que se convirtió en una de las mejores cañoneras del balonmano mundial y la bandera que decidió representar. Alexandrina Cabral Barbosa (Lisboa, 1986), también conocida con Shandy, vuelve a poner su potente tiro exterior y su capacidad para robar balones y armar contragolpes al servicio de las Guerreras de cara al Mundial femenino de balonmano. Y lo hace tras alejarse de las canchas unos meses para dar a luz a su primer hijo.

La jugadora de origen caboverdiano reconoce que fue “el peso deportivo” la principal razón por la que optó en 2012 por jugar con la selección española. Sin embargo, se crece al hablar de Valencia y, sobre todo, de España: el país con el que apunta a disputar los JJ.OO. de Tokio.

De todos los nombres que has lucido en tu camiseta (Shandy, Alexandrina, Cabral, Barbosa), ¿Cómo prefieres que te llamen?

La gente ya me conoce por Shandy, así que puedes llamarme Shandy.

¿Qué objetivo se marca la selección para este Mundial?

La verdad es que el objetivo principal de este Mundial es lograr la clasificación para la cita olímpica. Sabemos que, aunque todos los grandes campeonatos son complicados, este lo es algo más porque nos jugamos mucho.

Os ha tocado un grupo complicado, con Rumanía y Hungría, dos de los equipos más potentes. ¿Qué otras selecciones ves como favoritas?

Rusia, Francia y Holanda también están en un buen nivel para pelear por las medallas. También Noruega, que siempre suele estar ahí arriba, aunque es cierto que esta vez tienen muchas bajas.

Durante una concentración, ¿cómo desconectas en los pocos ratos libres que tenéis?

Intentamos charlar de otros temas entre nosotras y con nuestras familias, vemos películas, salimos a la calle, damos una vuelta… Sobre todo, evitamos hablar mucho de balonmano porque entre los vídeos, la charla técnica y el entrenamiento ya tenemos bastante, así que cuando disponemos de tiempo libre procuramos desconectar. Aunque en días como estos, con los partidos, los rivales son uno de los temas de conversación.

En abril fuiste madre por primera vez y ahora vuelves a un gran campeonato con las Guerreras. ¿Cómo conviven la Shandy madre y la Shandy deportista de élite?

Es difícil estar concentrada durante casi un mes después de haber tenido un hijo. He dejado al bebé con su padre —¡lo cuida muy bien!—, aunque me resulta complicado al estar tan lejos. Pero tanto mi pareja como yo nos hemos hemos marcado el objetivo de que yo pueda aprovechar al máximo este Mundial y consigamos la clasificación para los Juegos.

¿Te costó mucho recuperar la forma física tras dar a luz? ¿Has tenido que cambiar tu rutina de entrenamiento?

La verdad es que creía que me iba a costar más. Al mes y medio, más o menos, empecé a correr sin ninguna complicación y en julio, dos meses después, ya estaba entrenando con el equipo sin limitaciones de ningún tipo. Estoy muy contenta porque no me ha costado mucho volver a coger el nivel competitivo, aunque aún no estoy como estaba antes del embarazo. Pero poco a poco lo estoy consiguiendo.

“Hay clubes que dicen que no hay problema con que las jugadoras se queden embarazadas, pero en realidad no siempre se respeta”

Tras tu experiencia, ¿crees que se ayuda a las deportistas de élite para ser madres y compaginar la vida de alto rendimiento deportivo con la maternidad?

Creo que desde los clubes no dan muchas facilidades. Sí que es cierto que en Francia, donde me encontraba jugando cuando me quedé embarazada, te permiten por ley competir y a la vez quedarte embarazada. En mi caso, mi club me puso algún problema cuando les dije que estaba embarazada, y ese fue uno de los motivos por los que me quise marchar. Hay clubes que dicen que no hay problema, pero en realidad no siempre se respeta. Es una pelea constante. Espero que un día lleguemos a ser iguales totalmente.

Destacas, entre otras cosas, por tu capacidad goleadora, a la que ayuda tu potente salto y tu buen tiro exterior. ¿Es esta tu mejor baza para este campeonato?

Creo que sí, y también el robo de balón. Tras estos meses estoy recuperando sensaciones, así como el nivel de robos de pelota y el punto anotador, algo que mis compañeras pudieron echar en falta en el campeonato anterior.

Eres la 6º máxima anotadora de la selección, además de contar con el segundo mejor coeficiente goleador de la historia de las Guerreras. ¿Te ves entrando en el top 5?

La verdad es que no sabía que era la sexta máxima anotadora. Para mí los goles no son importantes si no ayudan al equipo. Si con mis tantos podemos ganar un partido, encantada, pero no me marco como objetivo superar las cifras anotadoras de otras jugadoras.

En 2012 conseguiste la nacionalidad española, año en que decidiste representar al país. ¿Qué te llevó a esta decisión?

La decisión la tomé principalmente por motivos deportivos. Con la selección portuguesa nunca tuve la oportunidad de jugar un gran campeonato. Llegué a España en 2007. Valencia es mi casa y mi marido es valenciano. He jugado en Francia, Alemania, Rumanía y, actualmente, en Rusia. ¡Pero no hay comparación! (Risas). En España es donde mejor se está sin duda.

Intuyo que tienes pensado jugar aquí los últimos años de tu carrera, ¿me equivoco?

Sí, la verdad. Tengo muchas ganas de volver, tanto para competir como para vivir. Me encantaría volver a Valencia porque fue allí donde me inicié en le balonmano de alto nivel.

¿Algún plan de futuro?

Aunque no lo tengo muy claro. Antes quería ser policía, pero últimamente he descubierto que me encanta enseñar el balonmano a otros, y quizás hacerlo desde dentro de un club sea una posibilidad.