Espacio Iberia Aeroconsciente

Diseño y sostenibilidad

13/02/2020 · Por Daniel Mesa
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El Espacio Iberia Aeroconsciente, patrocinado por Iberia, invita al público a reflexionar sobre los hábitos de consumo durante Madrid Design Festival. © Asier Rua

Iberia presenta el Espacio Iberia Aeroconsciente; una muestra compuesta por tres instalaciones que subrayan los valores principales de sostenibilidad de la compañía: digitalización, gestión de residuos y reducción de peso en cabina. 

¿Podemos hacer de este un mundo más responsable? ¿Cómo logramos reducir la creación de residuos? ¿Qué relación puede tener el peso de los alimentos con la sostenibilidad? ¿Es posible hacer que el acto de volar sea más consciente? Es precisamente acerca de estas cuestiones sobre las cuales Iberia invita a reflexionar estos días en la Sala de Columnas del Centro Conde Duque, en el marco de Madrid Design Festival. Geodiseño, food design y diseño experiencial en una propuesta que podrá verse hasta el 16 de febrero en pleno centro.

La acción se sitúa dentro de la iniciativa Talento a bordo de Iberia, destinada a apoyar el talento español en sus diferentes disciplinas, y nace del compromiso de la aerolínea con sus objetivos de sostenibilidad. Ideada por Viernes y Lo Mínimo, participan en ella los artistas Elsa Yranzo, Hyperstudio y Joel Blanco; así como la dj y productora de música electrónica LANOCHE —que firma la banda sonora del espacio—, con la colaboración del estudio de arquitectos Plutarco.

La intimidad digital de Hyper Studio

El recorrido por las tres instalaciones da comienzo con Intimidad digital, la propuesta de Hyper Studio, un dúo de jóvenes diseñadores madrileños conocidos por crear experiencias interactivas entre la realidad física y virtual. Tomando como punto de partida el proceso de digitalización llevado a cabo por Iberia con el fin de reducir el uso de papel y otros materiales; Hyper Studio pone el foco en cómo los entornos digitales nos acompañan en todos los campos de nuestra vida, ayudándonos a disminuir nuestro impacto. Así, la instalación, que consiste en tres pantallas entre las cuales el “rostro” del visitante viaja sin control aparente una vez es captado e integrado por el sistema, reconceptualiza nuestra relación con los procesos digitales; cómo nos construyéndose y cómo forman parte de nuestra intimidad. La instalación permite de este modo al público experimentar la tecnología de una manera personal e interactiva y con una mayor implicación emocional. 

El viaje “cero residuo” de Joel Blanco 

La segunda parada en este recorrido lleva al espectador a adentrarse en Placego, título de la propuesta de Joel Blanco. En esta instalación el artista y diseñador de contextos sorprende al público con un conjunto de cuatro photocalls, a los que acompañan una caja con palos selfi y un intenso olor a palomitas proveniente de un aromatizante artificial, capaz de contagiar al espectador una sensación de ocio y distensión. Siguiendo la línea que Iberia ya desarrolla en LIFE+Zero Cabin Waste sobre la gestión de residuos, Blanco invita al público —haciendo uso de su característico sentido del humor e ironía—, a viajar a una serie de lugares imaginarios, poblados por divertidos y extraños seres rosas y azules, con un fin claro: reducir a cero la producción de residuos en un viaje del que únicamente se obtiene el recuerdo de la instantánea.

Elsa Yranzo y el hábito de la levedad

En la tercera y última parada nos encontramos con la obra titulada Hábito de levedad, de la food designer y directora de arte Elsa Yranzo, y una de las creadoras del colectivo Food and femininity. Su propuesta se sustenta en la puesta en práctica por parte de la aerolínea de la reducción de peso de los elementos que integran la cabina. En esta ocasión, más allá de los objetos más comunes ya reducidos en los vuelos, nos adentramos en la experimentación con un ejercicio de reflexión acerca del peso y la densidad de los alimentos. Para ello, Yranzo persigue una línea de investigación centrada en la pérdida del sabor de la sal en las alturas (un 30% concretamente). A través de una instalación compuesta de cuatro tubos con sal en su interior y atendiendo a diferentes variables, el espectador puede descubrir los kilos de sal que “se pierden” en un vuelo de un Airbus A350. En otras palabras: el peso del que podría prescindirse en las comidas de cada trayecto. 

Tres instalaciones entre el arte, la experiencia y la investigación destinadas a poner en un primer plano una de las cuestiones clave en la estrategia de la compañía: hacer que nuestros vuelos sean cada vez más sostenibles.