Kepa Arrizabalaga

El guardián de la Roja

21/12/2019 · Por Iñigo Esteban
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El guardameta Kepa Arrizabalaga. © John Sibley / Reuters

Asentado en la portería de la selección española de fútbol, Kepa Arrizabalaga se prepara para su primer gran reto como guardameta contrastado de La Roja: la Eurocopa de 2020. El guardameta vasco no se esconde y despeja cada uno de los temas que le planteamos —desde sus sensaciones de cara al torneo a su vida en Londres— con la misma seguridad que muestra bajo los palos de su club y del combinado nacional.

Iribar, Arconada, Ochotorena, Zubizarreta… Son algunos de los ilustres porteros que el País Vasco ha dado a la selección española de fútbol. En esa lista se inscribe ahora el nombre del último guardameta nacido a orillas del Cantábrico: Kepa Arrizabalaga (Vizcaya, 1994). A sus 25 años, pero con una extensa carrera, podría decirse que el joven cancerbero se ha hecho con el puesto de titular de La Roja, aunque él prefiera no colgarse esa etiqueta. “Aquí nadie tiene el puesto asegurado. El hecho de que regularmente seamos convocados los tres mismos porteros es el reflejo de que lo estamos haciendo bien en nuestros equipos y que el seleccionador confía en nosotros, pero en España el nivel es altísimo y nunca te puedes despistar”, recuerda.

Desde alevines, todas las categorías inferiores del Athletic de Bilbao vieron la meteórica progresión de un joven portero que fue creciendo tanto en el club de sus amores como en las distintas divisiones de la selección. Como parte del proceso de formación como jugador —a día de hoy es considerado uno de los mejores porteros del mundo—, Ponferradina y Valladolid fueron sus dos primeras escalas profesionales antes de hacerse con la titularidad de la portería del Athletic, y será precisamente en este estadio donde este verano aterrice seguramente como guardián de la Roja. Desde luego, papeletas no le faltan. “Bilbao y San Mamés son una ciudad y un estadio que conozco muy bien. San Mamés es un campo cinco estrellas y una plaza inmejorable para jugar al fútbol”, señala una voz autorizada para hablar de la conocida como La Catedral del fútbol español, cuyas porterías llegó a defender durante tres temporadas.

“Aquí nadie tiene el puesto asegurado. El hecho de que regularmente seamos convocados los tres mismos porteros es el reflejo de que lo estamos haciendo bien”

La Eurocopa 2020, el próximo gran reto de la selección

A pesar de que ya estuvo en el Mundial de Rusia de 2018, la Eurocopa de este verano será especial para Kepa. No solo por disputarse en Bilbao, su ciudad, sino porque se trata del primer gran torneo de selecciones al que llega con opciones de disputar muchos minutos. “Necesitamos sentirnos seguros y cómodos con nuestra manera de jugar. Lo bueno es que tenemos varios partidos importantes por delante para prepararnos”, dice y añade: “Debemos seguir con nuestra filosofía de apretar arriba, de tener el balón, de querer hacer ocasiones y de dominar los partidos de principio a fin. Esta idea es la que ha llevado a España a los éxitos anteriores y es la línea a seguir”.

El cambio de seleccionador, según Kepa, no ha sido muy significativo: “Ambos han trabajado juntos mucho tiempo, por lo que comparten la misma idea de juego y la misma forma de entrenar. Además, el resto del cuerpo técnico se ha mantenido”. Tampoco los últimos resultados frente a las selecciones de Noruega y Suecia tendrían por qué empañar la buena fase de clasificación del equipo. “Todo nos tiene que servir para seguir creciendo hacia el objetivo que nos hemos marcado. Es cierto que fueron dos empates seguidos que, tras las seis victorias anteriores, se pueden ver como un paso atrás, pero son dos buenas selecciones que se estaban jugando la clasificación y que jugaban en casa. Creo que hemos mostrado un buen nivel”, dice.

Más complicado lo tendrá frente a las dos piedras de toque que se encontrará Kepa en el camino de la preparación de la Eurocopa: Holanda y Alemania. “Nos enfrentamos a dos rivales de gran entidad que representan el máximo a nivel europeo ahora mismo. Estos partidos serán dos grandes pruebas de cara al verano y seguramente nos sirvan de test para ver cómo nos encontramos y mejorar los puntos que necesitemos pulir”.

“Debemos seguir con nuestra filosofía de apretar arriba, de tener el balón, de querer hacer ocasiones y de dominar los partidos de principio a fin”

Intentando sacudirse la presión, Kepa asegura que el hecho de “ser favoritos será algo que marcará la propia competición, la misma que nos pondrá en nuestro lugar”. Lo que es obvio es que el Europeo será una cita especial para el guardameta vasco, y no solo porque parta con ventaja con respecto a David De Gea —en esa pugna que mantienen por hacerse con la titularidad— sino porque el torneo estrena nuevo formato. “El hecho de que haya varias sedes por el continente no será un obstáculo. En cuanto a los aficionados, un formato así permite que más gente pueda acudir a los estadios y generar un gran ambiente”, celebra.

Precisamente el ambiente es algo que destaca de los campos de Inglaterra, a donde se mudó hace año y medio tras fichar por el Chelsea buscando nuevos retos deportivos. “La verdad es que ya estoy aclimatado a la vida en Londres. Obviamente, no es lo mismo que vivir en España y se necesita un tiempo de adaptación”, reconoce a la vez que se resiste a hacer comparaciones. “Londres y Bilbao son ciudades diferentes. Obviamente Bilbao sigue siendo mi zona de confort porque significa estar en casa y tener cerca a mi familia y amigos”. ¿Y dónde veremos Kepa en unos años? “El futuro es algo que no podemos controlar, ¡y menos aún en el fútbol”.

Experto en ‘cantadas’ fuera del césped

Parece ser que las palomitas que hace para detener balones sobre la hierba no son los únicos pájaros que entusiasman a Kepa Arrizabalaga. Además de ser uno de los mejores porteros del mundo, el guardameta vasco es un gran amante del silvestrismo. Su padre, Peio, le inculcó a los cinco años esta afición que consiste en la captura y cría de ciertos pájaros de campo con el objeto de su adiestramiento para el canto. Y tampoco se le da mal: de joven, entre libros y balones, sacó tiempo para competir a nivel nacional con sus jilgueros e, incluso, para ganar dos Campeonatos de Pájaros Cantores de Vizcaya en 2008 y 2010.