Solimán López

El (intangible) arte del futuro

07/11/2022 · Por Teresa Morales
Solimán López apuesta por la desmaterialización del arte como objeto físico del mundo real
Solimán López apuesta por la desmaterialización del arte como objeto físico del mundo real. © Cortesía de Domestika

Pasará a la historia por ser el primer artista en vender una obra en formato NFT (Non-Fungible Token) en ARCO, por fundar el inimitable Harddiskmuseum y por interpretar el arte como un concepto intangible de recursos infinitos. El pasado mes de octubre Solimán López expuso en el MAAT de Lisboa (Portugal), en el Festival Internacional de la Imagen de Bogotá (Colombia) y en la Bienal de Arte de Karachi (Pakistán), prueba del interés que despierta este ‘media artist’ en el mundo.

Quien quiera comprender la obra de Solimán López (Burgos, 1981) debe alejarse de los conceptos tradicionales, dejar atrás los formatos clásicos heredados de las bellas artes y “empezar a entender que hay otras implicaciones con la vida real que forman parte del universo artístico contemporáneo”, explica el propio artista. De poco sirve saber sobre óleos o lienzos para captar su trabajo porque Solimán propone realidades artísticas a través de las tecnologías más avanzadas, aquellas con las que convierte algunas de sus obras en activos digitales intangibles (NFTs) autentificados a través de la popular blockchain y comprados, muchas veces, con criptomonedas.

Su obra Hash Tree fue la primera en formato NFT en venderse en ARCO y su OLEA Génesis, también en NFT, la primera de este tipo en subastarse en España. “La relación entre los objetos del mundo real y la blockchain es una de mis líneas de creación, y una de las razones por las que estamos trabajando tanto con biotecnología”, comenta el también Director de Innovación de la Escuela Superior de Arte y Tecnología de Valencia. Tanto, que su reciente proyecto INTRONS propone trasladar nuestro ADN a NFT para que podamos ser propietarios de nuestra identidad a modo de obra artística. “Lo que pretendo es modificar los modelos de representación humana en los espacios digitales, sin cosificar el cuerpo ni sexualizarlo. Es como un retrato digital basado en tu ADN”, afirma.

¿Cómo alguien que estudió Historia del Arte acaba desarrollando un talento artístico vinculado a lo digital?
[Risas] Durante la carrera veía las obras de otros artistas y yo me preguntaba por qué no desarrollar mis propias ideas. Empecé a producir y evolucioné hasta experimentar con los nuevos medios. Me metí en todo aquello que la universidad no incluía en su currículum académico; se paraban en las vanguardias y no llegaban al arte contemporáneo. Ahí me enganché a las nuevas tecnologías, y hasta hoy.

“Las ideas no están sujetas a la técnica y me siento más cómodo no estando maniatado por ella, pudiendo funcionar en distintos formatos”

¿Y estás cómodo con la etiqueta de artista digital o prefieres otra?
Me defino como un artista conceptual que utiliza herramientas contemporáneas. Creo que las ideas no están sujetas a la técnica y me siento más cómodo no estando maniatado por ella, pudiendo funcionar en distintos formatos.

¿Tu proyecto más reciente, INTRONS, es más ciencia que arte?
Un proyecto como este es una obra de arte introducida en diferentes entornos digitales y se hace en colaboración con un laboratorio científico como es ADNTRON. Pero tiene muchísimos matices porque, a su vez, se convierte en un modelo de negocio que ha de tener una comunidad asociada para que los NFTs se consuman.

NFT y blockchain, habrá quien no entienda de qué hablamos…
NFT es un protocolo de certificación digital que conecta un archivo digital con una transacción dentro de la blockchain, que no es más que una red digital de transacciones. Un NFT puede estar asociado a una imagen, un vídeo, una web o un documento digital, o puede hacer referencia a un objeto del mundo real a través de una fotografía o un código QR.

¿Y siempre se paga con criptomonedas?
Al principio sí porque las casas de intercambio digital no disponían de moneda de curso tradicional, pero desde hace unos meses algunas permiten que los NFTs se adquieran en tiempo real a través de monedas como el euro, el dólar o la libra.

“Este nuevo sistema ha hecho que la gente entienda que lo intangible, en este caso un archivo digital, tiene un valor”

¿Asociar el arte a las criptomonedas es vincularlo a lo especulativo?
Ese es uno de los puntos que ha dificultado la mirada popular hacia el arte digital, al que desde el principio se le asignó ese matiz especulativo y capitalista, incluso fraudulento, del que ahora se va liberando. También te digo: el arte es dinero y los artistas trabajamos para ganarnos la vida. En un ecosistema en el que todo ha de pagarse, sí o sí ha de ser beneficioso para el propio artista; de modo que este pueda seguir expresándose y aspirando a cambiar la sociedad de alguna manera.

¿Y qué beneficios ha traído para los media artists?
Lo más importante es que este nuevo sistema ha hecho que la gente entienda que lo intangible, en este caso un archivo digital, tiene un valor. Es la primera vez en la historia que una obra de arte como tal pertenece al mismo ecosistema económico que la adquiere, la vende y la cosifica. Ahora un NFT puede utilizarse como objeto de intercambio en una transacción digital.

Tu proyecto OLEA Génesis incluye el código de una criptomoneda en su ADN. ¿Para qué?
Para que cualquier usuario pueda transaccionar con ella, especialmente en el mundo agrícola. De manera que, por ejemplo, si un agricultor tiene un cliente de Japón interesado en comprar su aceite de oliva, pueda usar su token OLEA en vez de Bitcoin o Ethereum que no tienen nada que ver con él. Es mi forma de reivindicar un sector, el de la agricultura, base y fundamento de nuestra cultura, al que nadie mira hoy.

¿Que OLEA Génesis se haya subastado significa que el arte digital se ha convertido en un nuevo coleccionismo?
Las casas de subastas han comprendido que es un sector que no se quieren perder y eso nos ayuda a los media artists a la hora de hacer llegar nuestra obra al coleccionista más tradicional.

¿Buscabas que Hash Tree fuera la primera obra NFT vendida en ARCO?
Fue una evolución lógica de mi trabajo con los archivos digitales y lo intangible, pero no fue buscado. En 2013 fundé el Harddiskmuseum, que es un museo de archivos digitales en un disco duro y que se puede entender como un prototipo de los NFTs porque la idea era aislar los archivos digitales del entorno web, meterlos en un disco duro y obligar al espectador a acudir físicamente a él para ver la obra. En cierta forma, es la misma idea de los NFTs, lo que pasa es que estos se integran en la blockchain en vez de estar en un disco duro.

¿Alguna vez te han denominado el artista friki?
[Risas]. Alguna vez, pero no peyorativamente. Al final, la tecnología es mi medio. La verdad es que nunca he escuchado una crítica negativa sobre mi trabajo, y en el caso de que me la dijeran no me la tomaría como un insulto.

¿Qué es lo más revolucionario que auguras en el arte?
Su entera desmaterialización como objeto físico del mundo real. Veremos museos a través de lentillas de realidad aumentada o de fármacos que tomaremos en pastillas y nos harán vivir las experiencias estéticas de diferentes artistas.