The 2nd Skin Co.

La moda que todas quieren vestir

27/01/2020 · Por Rocío Navarro
Los diseñadores Antonio Burillo y Juan Carlos Fernández
Los diseñadores Antonio Burillo y Juan Carlos Fernández, fundadores de The 2nd Skin Co. © Cortesía de la firma

Tomar la decisión de lanzarse al exterior los salvó de la crisis. Hoy, su firma The 2nd Skin Co. es una de las favoritas de celebrities de todo el mundo. Este mes de febrero regresa a IFEMA a la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid para conquistar la pasarela con su característico encanto femenino cargado de temperamento. 

Su carácter urbano, femenino y determinado por la costura ha llevado a The 2nd Skin Co. al armario de muchas famosas, incluido el de la Reina Letizia. Debe de ser porque las colecciones de Antonio Burillo (Zaragoza) y Juan Carlos Fernández (Córdoba), además de belleza, desprenden actitud. Más allá del carácter romántico de sus fruncidos, plisados y grandes volúmenes, la razón de ser de sus piezas es reforzar la actitud de quien las lleva. “Nuestra marca tiene diseños muy potentes. Hay que tener una personalidad fuerte para llevar la prenda y que no sea ella la que te lleva a ti. Ese es el tono que nos gusta y los valores que, entendemos, caracterizan a nuestra clienta”, explica Fernández. Hoy se enfrentan a retos marcados por la digitalización y las nuevas formas de consumo que afrontan desde la intuición. Juan Carlos nos lo cuenta.  

The 2nd Skin Co. cumple trece años. ¿Cómo habéis hecho para lograr hacer frente a los cambios que la industria ha experimentado en este tiempo?

Nuestros comienzos coincidieron con los primeros años de la crisis y la forma de distribuir era de una manera bastante distinta a como es hoy. Tuvimos suerte porque decidimos vender fuera de España. Aquí toda la estructura de distribución se vio arrasada y acabó con muchas marcas. Sin embargo, nosotros nos hicimos fuertes en el mercado árabe y asiático. Aquello nos salvó. Por otra parte, mientras que antes íbamos a ferias para llegar a esos clientes, ahora lo hacemos por internet. Incluso quienes llegan a nosotros a través de tiendas, acaban haciendo el pedido online, por videoconferencia o incluso por WhatsApp.

Esta vertiginosa transformación, ¿es de alguna forma excitante?

Nos hemos acostumbrado al vértigo. Nos gusta la movilidad, el cambio… Pero esto genera una sensación muy inestable, se pierde la certeza. Aunque eso es la vida: evolución. Tienes que aprender a vivir con ello, no hay otra opción.

Como comentabas, ya en los comienzos os adelantasteis, en cierta forma, a las circunstancias que asomaban. ¿Qué será lo próximo?

Dirigimos nuestras decisiones comerciales hacia dónde vamos a estar mañana. Los cambios surgen muy rápido y pensar en el futuro nos parece fundamental para no perder el ritmo. Pero, lo de salir al extranjero fue por intuición. La marca se llama The 2nd Skin Co. porque queríamos que se reconociera más allá de España, que tuviera buena sonoridad. Al final fue un acierto. Ahora estamos intentando intuir qué será lo próximo, somos conscientes de que para vender en estos momentos son imprescindibles nuevas plataformas.

Para ello tenéis a las mejores aliadas en redes sociales, las celebrities. ¿Cómo se consigue ser una referencia para famosas nacionales e internacionales?

Eugenia Silva fue el punto de partida a nivel nacional para que la marca empezara a conocerse. Ella tenía una boda para la que se puso un vestido nuestro y fue portada en casi todas las revistas del corazón. Tuvo una repercusión tremenda y la gente venía preguntando específicamente por ese vestido. A raíz de aquello, todo cambió. Luego han llegado otras como Rosalía, Jennifer Lopez, Emma Roberts, Lily Collins e incluso celebrities chinas. De todo ello se encargan los profesionales de la comunicación con los que trabajamos.

“Bebemos mucho de la costura parisina de los años 50. Lo que hacemos es actualizarla, traerla al siglo XXI”

Sorprende ver entre vuestras fans a Rosalía, ya que su perfil dista bastante del estilo de la firma.

Lo de Rosalía fue maravilloso. El fotógrafo Peter Lindberg, que murió hace poco, realizó uno de sus últimos reportajes con ella para Vogue y eligió un vestido nuestro para vestirla. Esto tuvo una repercusión enorme. Su perfil no se alinea exactamente con el nuestro, pero como es muy poliédrica y polifacética defiende muy bien nuestras piezas. Es la confirmación de que estamos llegando a otra generación y nos encanta.

En vuestras colecciones encontramos referencias a los 50, 60 y 70 en piezas que siempre respiran actualidad. ¿Cómo lo conseguís?

Para nosotros los años 50 son una fuente inagotable de inspiración. Los diseños de Dior y Balenciaga de esa época nos parecen revolucionarios. Bebemos mucho de la costura parisina de dichos años. Lo que hacemos es actualizarla, traerla al siglo XXI, siempre desde cómo nosotros entendemos esas décadas, revisitando los diseños. Esto es muy importante, porque no puedes repetir lo que se hacía antes.

Supongo que estos matices se aprecian a través de las telas, los patrones o los tejidos. ¿Cuáles son las claves?

Creamos muchas estructuras con volúmenes. De hecho, es uno de los pilares de la próxima colección. De él surgen piezas oversize o abrigos con acabados en encaje pero con una estructura interna muy sólida. Lo mismo ocurre en determinados vestidos palabra de honor sobre los que se desarrolla un volumen mediante pliegues y fruncidos. Es algo que nos identifica mucho.

En vuestra cuenta de Instagram hay referencias a musas del siglo pasado como Lauren Bacall, Brigitte Bardot o Loulou de Lafalaise. Pero si tuvieseis que nombrar a una actual, ¿quién sería?

Es muy difícil describir una mujer concreta porque hay perfiles muy distintos. Lo que nos resulta inspirador es la mujer de la calle, eso nos nutre más que los iconos. Preferimos que sea la celebrity la que venga en lugar de ser nosotros quienes la buscamos. Planteamos una narrativa para la mujer actual, que tenga determinados valores intelectuales y de carácter.

“Nos inspira más la mujer de la calle que los iconos”

¿Cuáles son esos valores?

Por ejemplo, la seguridad. Nos gustan las mujeres que pisan fuerte. Que, al margen de su ideología, tienen una identidad propia y muestran una forma de ser muy clara. Hablábamos por ejemplo de Rosalía; nos parece que es muy inspiradora en su forma de hacer música. Nos gustan las personas con inquietudes a nivel artístico y que se sienten ellas mismas.

Además de esta actitud, ¿qué veremos sobre la pasarela?

La colección se llama Woodland y parece salida de un bosque de otoño. Hay una variedad de tejidos muy diferentes, desde el paño a crepes de lana, jacquard, raso, mohair, tafeta, gasa o encajes. Todo esto en una paleta que va girando en torno a un brocado de la casa de Luigi Berga, un proveedor italiano que diseña para firmas como Valentino o Dior. En ellos mezcla amarillos y ocres, verdes musgo o marrones chocolate sobre fondos grises perla. Es una carta de color que nos inspira mucho y que nos lleva a ese bosque.